Solo tiene 24 años, ya ganó una Serie Mundial, remolcó 100 carreras y bateó .300 en una campaña de 162 partidos y, en cualquier momento, puede firmar una extensión por tanto dinero como para garantizar el futuro de varias generaciones suyas.
No se trata de Fernando Tatis Jr., Juan Soto, Eloy Jiménez o Vladimir Guerrero Jr., pero es parte de ese núcleo llamado a defender el buen nombre ganado por los bateadores dominicanos.
Se llama Rafael Devers, tan amable y simpático como el que más, pero se las ha ingeniado con un bajo perfil, y se apoya en la ausencia de linaje para mantenerse fuera del foco, a pesar de jugar en uno de los principales mercados de las Grandes Ligas.
Tan de puntillas pasa el nacido en Samaná que, recién en septiembre pasado, abrió su cuenta en Instagram, y solo ha subido nueve publicaciones a los 111,158 usuarios que los siguen. En cambio, Tatis Jr., en IG desde 2014, cuando tenía 15 años, acumula 430 publicaciones, y lo siguen ya 800,000 cuentas.
Devers, un derecho que batea, exclusivamente, a la zurda desde la adolescencia, ya mostró en 2019 el pelotero que puede ser y por el que los Medias Rojas dieron US$1,5 millones en 2013, con 16 años.
Ese último año de normalidad en la MLB, colocó una línea ofensiva de .311/.361/.555, con 32 cuadrangulares, 115 vueltas remolcadas, y acumuló 4.9 victorias sobre jugador reemplazo (WAR) en la versión de Baseball-Reference.
Fue líder en dobles (54) y total de bases (359) en la Liga Americana. Su guante mejoró tanto que tuvo su primer año con UZR positivo (2.7), y redujo hasta -5 el número de carreras que le costó al equipo desde -11 el curso previo.
En la recortada temporada de 2020, su línea bajó a .263/.310/.483, pero sus totales (como sus 10 HR y 43 CE) ajustado a una contienda completa proyectan un curso sobre los 30 vuelacercas y el centenar de producidas.
Mantener esa estabilidad es el gran desafío que tiene, y él lo reconoce.
“Sé que he tenido algunos comienzos lentos para iniciar el año, pero eso es algo que está fuera de mi control. Es parte del béisbol. Hay altibajos. Salgo tratando de dar lo mejor de mí cada vez. Obviamente, cuando llegue el Día Inaugural, el primer día, quiero poder conseguir tres hits, y empezar bien. Pero todo lo que puedo hacer es poner el trabajo que hago continuamente todos los días, y tratar de jugar el juego e intentar poner las estadísticas que sé que puedo”, dijo Devers al Boston Herald el sábado.
Sus totales indican que, si juega 162 encuentros, es un pelotero de .279/.332/.498, con 31 vuelacercas y 105 remolques. A su edad, y ya con 292 partidos en su espalda, lo mejor puede estar por venir, incluyendo su defensa, hasta ahora su punto más bajo.
Devers llega a un 2021 con unos Medias Rojas que dan forma a un plantel que puede competir en el futuro cercano, pero sin las herramientas en el papel para aspirar al banderín.
Él y el torpedero curazoleño Xander Bogaerts son piezas claves en el proyecto a corto plazo que tiene de vuelta en el banquillo al dirigente Álex Cora, fundamental en su despegue, incluyendo en diseñarle una dieta que le quitó unas libras, cuyos resultados se tradujeron de inmediato al terreno.
Extensión
Devers mira de lejos cómo Tatis Jr. consiguió una extensión que lo asegura por 14 años por US$340 millones, y Soto espera el momento para atar una que, algunos estiman, puede alcanzar los US$400 MM.
El antesalista de los Red Sox ha dicho el sábado que está “esperando el momento oportuno”.
Bogaerts es una referencia. En abril de 2019, los Medias Rojas le dieron US$132 millones por siete años, un pacto que le compró dos años de arbitraje.
Devers jugará este 2021 en su primero de arbitraje, y verá dispararse su salario hasta US$4,575,000 desde apenas US$227,592 en 2020.
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