Asimismo, el canciller destacó que la parte rusa mantuvo más de 30 reuniones con sus socios en el contexto de las sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Con ellos, «discutimos las perspectivas de las relaciones bilaterales, hay muchos proyectos nuevos, interesantes y prometedores que estamos dispuestos a implementar junto con amigos sobre la base del beneficio mutuo», explicó.
El conflicto de Ucrania
Durante la conferencia de prensa, Lavrov abordó el conflicto ucraniano, señalando que los países occidentales no están interesados en que se resuelva por la vía pacífica, sino que, por el contrario, afirman que «Rusia debe ser derrotada en el campo de batalla».
A partir de esto, «sacamos la conclusión de que nadie quiere mostrar seriamente que comprende lo que está sucediendo, incluidos aquellos que lo entienden, ya que en realidad, no quieren hacerlo de forma pública», sostuvo.
«Y en estas condiciones, si quieren que sea en el campo de batalla, pues bien, que sea en el campo de batalla», dijo.
El ministro indicó que Moscú está dispuesto a sentarse en la mesa de negociaciones para poner fin al conflicto, pero no considerará ninguna propuesta de alto el fuego porque ya ha sido engañado una vez.
Al mismo tiempo, tampoco piensa concederle ningún ‘engagement’ (compromiso, en español) al líder ucraniano, Vladímir Zelenski, para que levante la prohibición de que Kiev y Moscú negocien.
«[Zelenski] va corriendo por todo el mundo pidiendo a todos dinero, armas, atención y cualquier otra cosa», sostuvo Lavrov y aseveró que no se trata de un comportamiento adecuado para Rusia.
«Nos guiamos por la pura realidad».
«Zelenski y todos los que lo dirigen en Washington, Londres y Bruselas dicen firmemente y al unísono: ‘No hay otra base para la paz que la fórmula de Zelenski’.
Pero la fórmula de Zelenski, que puede describirse de diferentes maneras, es absolutamente irrealizable. Simplemente es irrealizable y todo el mundo lo sabe», expresó el ministro.
El golpe de Estado en Ucrania
En sus declaraciones, el ministro ruso aseguró que Rusia «no tiene ningún problema con la integridad territorial de Ucrania».
Fue destruida por los que llevaron a cabo y apoyaron el golpe de Estado que sacudió el país en 2014, cuyos líderes declararon la guerra a su propio pueblo, dijo Lavrov.
Según recordó, el golpe de Estado se produjo un día después de que se firmara un acuerdo destinado a regular el conflicto político interno del país y cuando Moscú llamó a los países garantes para abordar la situación, estos respondieron que «la democracia estaba adoptando formas inusuales».
Estos «demócratas» mataron a más de 100 personas e inmediatamente anunciaron que cancelarían el estatus de la lengua rusa, explicó Lavrov.
Kiev atacó a Donbass con aviación, tanques y posteriormente, se cancelaron los acuerdos de Minsk.
«Es imposible no recordar cómo reaccionaron Washington y Bruselas ante el sangriento golpe de Estado en Ucrania en febrero de 2014, un día después de que se llegara a un acuerdo para [establecer] una solución bajo las garantías de la UE, que la oposición simplemente pisoteó», señaló Lavrov.
«EE.UU. y sus aliados apoyaron ese golpe, acogiéndolo como una ‘manifestación de la democracia’», dijo.
El jefe de la diplomacia rusa reiteró que Moscú reconoce la soberanía de Ucrania, pero insistió en que era importante el estatus de Ucrania como país neutral.
«En 1991 reconocimos la soberanía de Ucrania sobre la base de la Declaración de la Independencia, que Ucrania aceptó al abandonar la Unión Soviética.
La declaración contiene muchas cosas buenas, incluyendo el respeto a los derechos de las minorías nacionales, a los derechos del idioma ruso y de otros idiomas», precisó.
«Luego todo esto quedó incluido en la Constitución de Ucrania», reiteró.
«Pero en la Declaración de la Independencia, uno de los puntos principales para nosotros fue que Ucrania sería un país no alineado y no formaría ninguna alianza militar.
En esa versión, bajo esas condiciones, apoyamos la integridad territorial de Ucrania», agregó Lavrov.
Sin embargo, Occidente se dedicó «durante muchos años a la transformación de Ucrania en anti-Rusia, a la preparación para su incorporación a la OTAN y para alentar al régimen de Kiev, que llegó al poder como resultado de un golpe de Estado, a crear amenazas directas contra la Federación Rusa en nuestras fronteras y exterminar todo lo ruso en Ucrania», se lamentó.
El acuerdo de grano
Por otra parte, el ministro abordó el acuerdo de granos, que finalmente fue suspendido por Rusia, señalando que ninguna de las promesas que se hicieron a Moscú en el marco del pacto fueron cumplidas.
«La principal razón por la que abandonamos este acuerdo y dejó de existir: todo lo que nos prometieron resultó ser un engaño», explicó.
El acuerdo fue el resultado de negociaciones y debía reflejar todos los intereses de ambas partes, junto con los intereses de los demás participantes.
Pero mientras las exigencias de Kiev «se cumplieron de manera bastante eficiente y rápida», las de la parte rusa «no se cumplieron en absoluto», afirmó Lavrov.
Además, los corredores que fueron creados para el transporte de cereales fueron utilizados para atacar a los barcos rusos.
A pesar de los reiterados avisos, los ataques tampoco cesaron, aseguró.