El diputado del partido de ultraderecha Vox, José María Sánchez García, provocó el martes un escándalo en el Congreso de los Diputados de España, después de realizar un alegato sobre el comunismo y el nazismo, que se ha entendido como una justificación del régimen impuesto en Alemania por Adolf Hitler.
«El nazismo era una ideología odiosa, pero una ideología que creía en aquello que postulaba, de una forma totalmente inadmisible.
Pero la ideología comunista pretende perseverar en esa aplicación del mal hasta sus últimas consecuencias, lo que lleva consigo dar muerte a sus semejantes», dijo desde la tribuna.
Este argumento era su forma de participar en el debate sobre la legislación para ampliar la jurisdicción universal en España, con la intención de descalificar al diputado proponente, Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España y diputado por Sumar.
La mayoría progresista que apoya la proposición de ley impulsada por Sumar –que busca poder juzgar en España los crímenes de lesa humanidad y genocidios cometidos en cualquier parte del globo– se mostró indignada por las palabras de Sánchez García.
Aunque Santiago no quiso carearse con el diputado ultra sino defender la propuesta de ley, la portavoz de Podemos, Martina Velarde, y la de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Pilar Valluguera, sí replicaron, tachando la intervención del parlamentario de Vox como «impresentable» y una «apología de del nazismo a cara descubierta», según recoge El País.
No fue la única intervención polémica en ese pleno de la formación de ultraderecha, puesto que también presentaron una proposición de ley para prohibir los partidos políticos independentistas, que contó con el rechazo de todo el arco parlamentario al ser contraria a la Constitución, que no permite ilegalizar espacios políticos por sus ideas.
Un conocido polemista
Sánchez García ya ha protagonizado sonoras controversias en anteriores ocasiones.
La más conocida fue cuando llamó «bruja» a la diputada del PSOE, Laura Berja, mientras esta defendía una reforma del Código Penal para proteger del acoso a las mujeres que interrumpen voluntariamente su embarazo.
En esa oportunidad fue llamado al orden y finalmente expulsado de la sesión, aunque se negó a abandonar el Hemiciclo y provocó una interrupción del Pleno.
En otra ocasión se dirigió a una diputada del conservador Partido Popular (PP) como «la diputada gallega chillona», y a la entonces vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, nombrándola en masculino.
La descortesía y el tono despectivo, particularmente con las mujeres diputadas, ha sido una constante en su labor parlamentaria desde que fue elegido diputado en 2019, cuando abandonó su plaza de juez que mantiene en excedencia.