El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso) reveló que Occidente planea introducir el cargo de «enviado especial» en Ucrania para poder influir en Kiev y que pueda tomar decisiones «correctas», señala el comunicado del organismo.
De acuerdo con la publicación, EE.UU. y el Reino Unido tratan de convencer a otros países del G7 sobre la necesidad de crear este puesto de «virrey» en el Estado ucraniano.
«Se espera que tenga acceso constante al presidente [Vladímir] Zelenski y conozca todos sus planes.
El ‘enviado especial’ también tendrá que bloquear los pasos de los dirigentes ucranianos no acordados con Washington y Londres, proponiendo en su lugar soluciones correctas, desde el punto de vista anglosajón», indica el texto citando al director de la Inteligencia rusa, Serguéi Naryshkin.
El comunicado menciona que así los países de Occidente siguen robusteciendo sus mecanismos de «administración exterior directa del territorio bajo control del régimen de Kiev», detallando que entre las posibles candidaturas a este cargo figura el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Según el SVR, esta idea surgió dada la posición actual de Ucrania en su conflicto con Rusia, agravada por los fracasos en el frente, incluida la contraofensiva, las disputas sobre la movilización y las dificultades en recibir la ayuda militar desde países occidentales.
«En este sentido, Washington y Londres empezaron a temer la traición de muchos representantes de la élite de Kiev, que podrían intentar ‘adelantarse a los acontecimientos’ pasándose de antemano al bando de los futuros vencedores», añadió el organismo.
Por otra parte, la Inteligencia rusa cree que existe una alta probabilidad de que la creación del puesto de «virrey» en Kiev no conduzca a los resultados esperados por EE.UU. y el Reino Unido.
Frente a ello, vaticina que el «enviado especial» no se mantendrá durante mucho tiempo «en el pantano de Kiev, lleno de odio mutuo, intrigas, engaños, halagos y traiciones».