Frecuencia cardíaca: ¿qué es y cómo se mide?
Los fallos en el corazón son la primera causa de muerte en los países de alto ingreso. Por esta razón, medirse el pulso con asiduidad es esencial en personas adultas con el fin de prevenir accidentes graves.
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La frecuencia cardíaca se define como el número de contracciones del corazón o pulsaciones por unidad de tiempo. Este parámetro se mide en condiciones fisiológicas bien determinadas y se expresa en latidos por minuto (lat/min).
La velocidad de los latidos del corazón depende de muchos factores, como la actividad física, las amenazas a la seguridad y las respuestas emocionales individuales. Como podrás imaginar, el ritmo cardíaco es muy diferente en el momento de un accidente de tráfico o en la cama descansando. Si quieres saberlo todo sobre este parámetro vital sigue leyendo.
¿Qué es la frecuencia cardíaca?
Tal y como indica la Fundación Española del Corazón, la frecuencia cardíaca representa el número de veces que se contrae el corazón por minuto. Este órgano incansable bombea 70 mililitros de sangre con cada latido, o lo que es lo mismo, unos 5 litros en 60 segundos. Para ello, su musculatura debe contraerse y relajarse rítmicamente.
A nivel físico, se trata de un suceso cíclico, pues se repite en una unidad de tiempo concreta con total periodicidad. Si bien una frecuencia cardíaca normal no asegura que el individuo esté libre de enfermedades, es un parámetro de utilidad para identificar una gran variedad de trastornos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en el mundo en países de alto ingreso, muy por encima de los cánceres y otro tipo de patologías. Supone el 47 % de todas las muertes y en Europa provoca 4 millones de fallecimientos anuales. Sin duda, prestar atención al corazón puede salvar vidas.
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¿Cómo se mide la frecuencia cardíaca?
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos nos muestra las formas más eficaces para medir la frecuencia cardíaca. En general, el pulso se puede mensurar en zonas por las que las arterias pasan cerca de la piel.
Algunos lugares viables para ello son la muñeca, la parte alta del pie, la sien, el cuello y la ingle. La forma más habitual en casa es tomando el pulso en la muñeca.
Para ello debes realizar los siguientes pasos:
- Presiona suavemente la parte interna de la muñeca del lado del dedo pulgar. Notarás por debajo de tu piel a la arteria radial, que transcurre por el canal radial.
- Coloca los dedos índice y medio entre 1 y 2 centímetros por debajo del pliegue de la muñeca, entre el hueso que se palpa hacia afuera y el tendón del lado interno.
- En cuanto sientas el primer latido, comienza a contar con la ayuda de un cronómetro el número que se producen en 60 segundos. También puedes contar los latidos en 30 segundos y luego multiplicarlos por 2, aunque esta modalidad no está exenta de más errores.
Si no quieres hacerlo de forma manual, no te preocupes. Muchos aparatos que miden la presión arterial (como el tensiómetro de muñeca) también indican la frecuencia cardíaca del paciente en su pantalla digital. Utilizar estos artilugios es sencillo y no se tarda más de un par de minutos en obtener los resultados.
¿Cuál es la frecuencia cardíaca normal?
Quizá conocer la respuesta a esta pregunta sea el motivo por el que te encuentras aquí. La frecuencia cardíaca individual depende de muchos factores, pero te mostramos los resultados normales en 2 situaciones muy concretas: reposo y ejercicio.
Frecuencia en reposo
Según la Asociación Americana del Corazón, la frecuencia cardíaca en reposo es la que bombea la menor cantidad de sangre necesaria, ya que no se está haciendo ejercicio. Si el paciente está tumbado y relajado en su hogar, la frecuencia media se localizará entre los 60 y 100 latidos por minuto (lat/min).
Sin embargo, una frecuencia menor de 60 lat/min no siempre es signo de enfermedad. Por ejemplo, los pacientes que consumen fármacos betabloqueantes presentan frecuencias más bajas. Se prescriben, sobre todo, en trastornos del ritmo cardíaco y para proteger al corazón tras un infarto.
Por otro lado, una persona que realiza ejercicio de forma muy asidua también puede tener una frecuencia cardíaca por debajo de 60. Esto se debe a que el músculo cardíaco está en buena forma y, por ello, no necesita trabajar tanto para mantener un latido estable.
La frecuencia normal en reposo varía mucho según la edad del paciente. Te presentamos una lista con los valores esperables según el grupo:
- Recién nacidos de 0 a 1 mes de edad: 70-190 lat/min.
- Bebés de 1 a 11 meses de edad: 80-160 lat/min.
- Niños de 1 a 2 años de edad: 80-130 lat/min.
- Infantes de 3 a 4 años de edad: 80-120 lat/min.
- Niños de 5 a 6 años de edad: 75-115 lat/min.
- Niños de 7 a 9 años de edad: 70-110 lat/min.
- Adultos: 60-100 lat/min.
- Adultos bien entrenados o que se dedican al deporte profesionalmente: 40-60 lat/min.
La frecuencia cardíaca en niños es más alta porque su corazón aún no se ha desarrollado del todo. Los miocitos (células cardíacas) son de menor tamaño y no están organizados. Por eso, la capacidad de contracción es menor. Para bombear la cantidad de sangre necesaria debe latir más veces.
Frecuencia durante el ejercicio
Durante los momentos de actividad física el corazón debe latir más rápido. Los músculos requieren más nutrientes y oxígeno, ya que están gastando energía, así que tiene que llegar más sangre a ellos en la misma unidad de tiempo.
Por ello, se considera normal que la frecuencia cardíaca al realizar ejercicio se encuentre en los 150-200 latidos por minuto.
¿Qué factores pueden alterar la frecuencia cardíaca?
Existen muchos factores que alteran la frecuencia cardíaca, más allá del ejercicio y el reposo. Fuentes ya citadas nos muestran algunos de los parámetros que pueden hacer que el ritmo cardíaco de una persona sana presente valores fuera del rango normal.
1. Temperatura del aire
En términos generales, a una temperatura ambiental entre 16 y 24 grados se puede incrementar el ritmo cardíaco de forma normal entre 2 y 4 pulsaciones por minuto. Si la temperatura ronda los 25-30 grados, la frecuencia puede verse incrementada en hasta 10 pulsaciones por minuto.
2. Posición
Si la persona está sentada o de pie (en reposo), la frecuencia cardíaca suele ser la misma. De todas formas, si se toma el pulso justo después de incorporarse, podría ser un poco más alta de lo normal. Por ello, se recomienda esperar un par de minutos tras levantarse para medir este parámetro.
3. Emociones
La ansiedad, el estrés y otras emociones pueden aumentar el número de latidos cardíacos. Hablamos de una taquicardia cuando el pulso aumenta a 130-140 latidos por minuto. La ayuda psicológica y aprender técnicas de relajación suelen ser las mejores herramientas para abordar este tipo de eventos.
4. Peso
El peso no condiciona la frecuencia cardíaca. De todas formas, si el paciente presenta un índice de masa corporal muy elevado, el pulso en reposo puede ser más alto de lo normal. Al fin y al cabo, en personas obesas el corazón debe hacer más fuerza para que la sangre llegue a toda la masa.
5. Medicamentos
Como hemos dicho, los betabloqueantes están diseñados para disminuir el ritmo cardíaco en los pacientes con un corazón frágil. Por otro lado, el consumo de fármacos tiroideos eleva la frecuencia de los latidos.
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Consulta si tu frecuencia cardíaca no es la adecuada
Como habrás podido comprobar, la frecuencia cardíaca es un parámetro de vital importancia que otorga mucha información sobre el estado de salud inmediato del paciente. De todas formas, un número de latidos por minuto adecuado no implica estar libre de toda patología.
De todas formas, te recomendamos que acudas al médico si en varias tandas recoges una frecuencia cardíaca muy por debajo o por encima de lo normal. Aunque puede que se trate de una característica fisiológica, siempre es mejor prevenir que curar.
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